Mateo 24:40 Entonces estarán dos en el campo; uno será llevado y el otro será dejado.
He escuchado a muchos predicadores hablando sobre este tema, hombre reconocidos públicamente que defienden la enseñanza de que los tomados serán los que Cristo arrebate en el rapto y los dejados son los que se queden en la gran tribulación, pero vamos a escudriñar las escrituras y a ver que es lo que el Espíritu nos dice acerca de esto.
La Santa Biblia nos permite que ella misma se explique,a si misma y que el Espíritu Santo quien la inspiró, nos revele sus verdades.
No podemos estudiar la Biblia tratando de encontrar en ella apoyo para nuestras propias ideas u opiniones. Ella es la que debe de enseñarnos a nosotros y no nosotros a ella.
Es en base a la Biblia y a ella que debemos de llevar todo, pues la Palabra de Dios es el gran detector del error; y a ella debe llevarse todo. La Biblia debe ser nuestra norma de cada doctrina y práctica. Debemos estudiarla reverentemente. No debemos recibir la opinión de nadie sin compararla con las Escrituras. Aquí está la autoridad divina, la que es suprema en cuestiones de fe. Es la Palabra del Dios viviente la que ha de decidir todas las disputas y doctrinas.
Vamos a estudiar los textos de Mateo 24: 40-41:
“Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado.
Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada.”
Muchas personas al leer estos textos lo leen en forma diferente; lo leen de esta forma: “entonces estarán dos en el campo; el uno será raptado y llevado por Yehshua al cielo y el otro será dejado…”
Pero como hemos expresado no podemos ponerle al texto lo que no dice, ni creer que el pasaje bíblico insinúa lo que nosotros creemos.En estos versos no se encuentra la palabra rapto, ni cielo, Yehshua ni siquiera dice cómo el que es tomado es tomado, ni por qué es tomado, ni adonde es llevado cuando es tomado.
Un estudio cuidadoso del capitulo nos muestra que el contexto de Mat. 24, no permite que estos versículos estén hablando acerca de un rapto, ya que la comparación que hace Yehshua es de una catástrofe mundial. Yehshua está comparando su venida con los días de Noe, y para entender lo que realmente Yehshua está exponiendo en estos versos tenemos que estudiar los detalles de lo que pasó en los días de Noé.
Vayamos a Génesis 6:
Los versículos 5-8 nos dicen: “Y vio YHWH que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió YHWH de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.
Y dijo YHWH: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. Pero Noé halló gracia ante los ojos de YHWH”
Según estos versos, todo pensamiento de los hombres era de continuo al mal, no había nada en ellos que los indujera a amar a su creador y a su prójimo y por el pecado y maldad tan abundante Dios decide destruir al mundo con un diluvio.
De todos los millones de personas que habían en la tierra antes del diluvio, sólo Noé fue hallado justo delante de Dios.
“Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: he decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera.
Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá.
Más estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo. Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó.” (Gén. 6: 11-14, 18, 22)
Una vez mas se repite aquí que el hombre había corrompido su camino y que la tierra estaba llena de violencia y por esa causa Dios la iba a destruir con el diluvio.
“Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de las aguas vino sobre la tierra.
Y por causa de las aguas del diluvio entró Noé al arca, y con él sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos.
De los animales limpios, y de los animales que no eran limpios, y de las aves, y de todo lo que se arrastra sobre la tierra, de dos en dos entraron con Noé en el arca; macho y hembra, como mandó Dios a Noé. Y sucedió que al séptimo día las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra.
Vinieron, pues con Noé al arca, de dos en dos de toda carne en que había espíritu de vida. Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y YHWH cerró la puerta.” (Gén. 7: 6-10, 15-16).
Es interesante notar aquí que Noé le predicó al mundo antediluviano con el poder del Espíritu Santo y que además al final de su predicación Dios hizo un gran milagro, pues hizo que todos los animales de dos en dos vinieran a Noé. Esto nos demuestra una vez más la pecaminosidad del hombre en los tiempos de Noé, pues los animales irracionales obedecieron la voz de Dios y no así el hombre. Ni siquiera mirando la procesion de los animales entrando en el arca por ellos mismos los conmovió a entender de que algo extraño y sobrenatural estaba pasando y que realmente Noé tenia razón al decirles de que Dios estaba a punto de destruir al mundo.
Otros detalles bastante interesantes que encontramos aquí son:
- Dios fue el que cerró la puerta del arca.
- Cuando la puerta del arca fue cerrada por Dios, los que estaban adentro no podían salir y los que estaban afuera no podían entrar. Entonces para este punto, ya el destino de todos estaba decidido.
- Al entrar Noé su familia y los animales, hay una demora de siete días antes de que empiece a llover. ¿Por qué?
- Noé había predicado por tantos años de que iba a venir la destrucción del mundo y cuando él entra al arca pasan siete días y no llueve. Podríamos preguntar cómo se sentían Noé y los demás dentro del arca, y cómo se sentían los que estaban afuera al ver que pasa el primer día, el segundo, etc. Y nada pasa. Podemos entender que la fe de Noé fue probada.
- Despues de que Noe entro al arca pasaron 7 días antes de que comenzara a llover
Con todo esto en mente volvamos a Mateo 24.
Al estudiar a fondo el capitulo 24 de Mateo, y por consiguiente el contexto de los versículos 40 y 41, vemos que todo el capitulo sigue un orden cronológico, la palabra entonces aparece siete veces en este capitulo, siempre conectando un versículo con otro.
Lo que esto nos enseña es que los sucesos que se describen en Mateo 24 siguen un orden cronológico, uno detrás del otro. Cuando sucede esto, entonces vendrá lo otro, y después vendrá aquello e inmediatamente después pasara lo otro. Este es el orden de cosas en Mateo 24. Hasta el versículo 36, Yehshua describe los sucesos que precederán a su segunda venida; y él compara su segunda venida como en los días de Noé, notemos:
“Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca.
Y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.” (Mat. 24: 37-39).
Al comparar su segunda venida como en los días de Noé, Yehshua nos enseña que su venida tiene dos etapas. Notemos los periodos de tiempo que Yehshua recalca en estos versículos. La gente estaba haciendo sus cosas rutinarias HASTA que Noé entró al arca, y no entendieron HASTA que vino el diluvio. Aquí hay dos periodos de tiempo separados por la palabra hasta. Hubo un cambio radical en la situación de todas las personas desde el momento que Noé entró al arca. Pero la gente no lo notó. Pasó algo que el mundo no entendió hasta que vino el diluvio.
¿Qué fue lo que no entendieron? Que estaban perdidos.
Cuando Noé entró al arca las personas siguieron viviendo como si nada hubiera pasado, no sintieron nada, no presintieron nada, no olieron nada, nada cambió, el aire, el sol, la luna, las estrellas, todo permaneció igual. Recordemos que hubo un lapso de siete días desde que Noé entró al arca y cuando comenzó a llover, pero cuando la puerta del arca fue cerrada, la puerta de la gracia se cerró para todos ellos, no comprendieron que estaban perdidos para siempre, que ya no había oportunidad de arrepentimiento, que ya la puerta del arca no podía ser abierta inclusive si alguien quería entrar mucho antes de que empezara a llover.
Si alguno de ellos, después de que Noé entró al arca y la puerta se cerró quería entrar, aunque ahora creyera en lo que Noé le había dicho, no podía entrar, estaba irremisiblemente perdido. Ya la gracia de Dios se había cerrado para el mundo, ya todos los que estaban afuera estaban perdidos, no desde que comenzó el diluvio, sino realmente desde que la puerta del arca fue cerrada por Dios. El destino de cada uno de ellos, tanto de los que estaban dentro como fuera del arca estaba sellado para siempre.
En Mateo 24, Yehshua nos dice que antes de su segunda venida, también la puerta de la gracia se cerrará y el destino de cada ser humano estará sellado; para salvación o para perdición eterna.
Por eso es de vital importancia entender el contexto de los versículos 40 y 41 y comprender que estos versos no pueden apoyar la doctrina del rapto, ya que todo el contexto está hablando de la segunda venida de Yehshua.
La comparación que hace Yehshua de su segunda venida, como en los días de Noé derrumba el apoyo del rapto que el mundo cristiano quiere tener en estos versículos, ya que como en los días de Noé el mundo fue dividido en dos grupos, los que estaban dentro del arca y los que estaban fuera del arca. Y todos los que estaban fuera del arca murieron.
Estos versículos no pueden entonces hablar ni apoyar que estos textos hablan del rapto, pues de acuerdo con esto: “Los Santos serán llevados al cielo, algunos en la tierra van a morir, pues habrán muchos accidentes aéreos cuando el piloto sea raptado y el avión no tenga quien lo maneje caerá a la tierra y muchos en la tierra morirán por los aviones que caerán. Muchos conductores de maquinarias y vehículos, camiones, autobuses serán también raptados y todos estos vehículos y maquinarias causaran muchos accidentes y por eso muchas personas morirán. Pero a pesar de todo esto la gran mayoría quedará viva en la tierra”.
Esto es completamente absurdo, los versículos 40 y 41 en ninguna manera apoyan estas enseñanzas, pues es clara la comparación de Yehshua y el contexto, de que su venida será como en los días de Noé. Y en los días de Noé todo el que se quedó fuera del arca murió. No hubieron unos que murieron y otros que quedaron vivos, todo el que estaba fuera del arca murió.
El uso de la palabra que se usa para “venida” es la palabra “Parousia”, notemos los textos en que se usa:
Mat. 24: 3 “Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿Cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del mundo?”
En la Parousia (venida), se acaba el mundo como lo conocemos, no hay nada secreto aquí. Es la misma palabra que se usa en los versículos 37-39.
También se usa en los versículos 26-27: “Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.
Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.”
Tampoco hay nada secreto aquí, al contrario, el relámpago todo el mundo lo ve.
Además si estudiamos Lucas 17, que es el relato paralelo de Mateo 24, se usa la misma palabra Parousia en comparación con Sodoma y Gomorra.
En Sodoma y Gomorra, también habían dos grupos, los que se salvaron al salir (Lot y sus hijas) y los que se quedaron en las ciudades.
De los que se quedaron no hubieron algunos que murieron por el fuego y otros que quedaron vivos; todos murieron. Notemos:
“Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.
Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.”
Entonces en Mateo 24: 37-39, cuando Cristo venga todos los impíos van a morir, no hay nada secreto en estos versículos.
Al analizar ahora los versículos 40-41, notemos algo muy importante; el versículo 40 comienza con la palabra ENTONCES, según el contexto este entonces está hablando del diluvio, entonces cuando venga la destrucción en ese preciso momento, uno será dejado y el otro será tomado.
¿Quién es tomado? ¿Quién es dejado?
Según estas falsas enseñanzas de que uno sera tomado y otro dejado, los tomados son los que son raptados al cielo y los dejados son los que quedan.
Pero tenemos que entender algo bien importante, no podemos tomar estas dos palabras y darle el significado que nos parezca para tratar de apoyar una opinión o teoría en contra de otra. El estudioso consciente de la Biblia, no va a ella tratando de buscar como apoyar su opinión, sino que la estudia para que las verdades eternas que ella contiene les sean reveladas y para aprender lo que la Biblia quiere enseñarnos.
La Biblia fue escrita originalmente en arameo, griego y hebreo y no en ninguno de los idiomas modernos de hoy en día, así que no podemos darle significados o interpretaciones a las palabras de la Biblia basado en los idiomas modernos. Por eso al estudiar la Biblia debemos de dejar que ella misma se explique, debemos comparar un texto con otro texto, ver el contexto, entender el marco histórico y comparar la palabra con otros pasajes que contienen la misma palabra para entender su verdadero significado Bíblico, no el significado idiomático en Ingles, Español, Alemán, etc.
Vamos a descubrir que significan estas palabras en su marco bíblico.
DEJADO: Como Yehshua utiliza el diluvio como comparación, vayamos en la Biblia al relato del diluvio para ver que nos dice:
Génesis 7: 22-23: “Todo lo que tenia aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió. Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la tierra, y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca.”
¿Quiénes fueron los quedados o dejados aquí?
La palabra hebrea que se usa aquí como quedado o quedar es SHAAR; y esta palabra significa lo que queda o resta después de una gran calamidad o destrucción.
Encontramos la misma palabra en Ex. 14:28; Jos. 8:17, 22; Isa. 24:6; Hageo 2:3; Mar. 12:20.
En todos estos versículos que utilizan la SHAAR, siempre se refiere a personas que quedan con vida, o a que nadie queda con vida después de una calamidad o catástrofe.
TOMADO: La palabra hebrea que se usa aquí es LAKAD, y significa: atrapar, capturar, retener, enlazar, sorprender en un acto vergonzoso, etc.
Encontramos la misma palabra en: Deut. 2:35; Num. 32:39, 41; 34: 14, 15; Jos. 8:8; 1Rey. 9: 6; 16:18; 2Rey. 32:18; 28:18; Jer. 32:28; Ecl. 7:26; Pro. 5:22; 11:6; 16: 2; Jer. 48:1, 7; 32: 8; 37:8; Dan. 11: 8; Hab. 1:10; Juan 8:3-4; Luc. 9:39; 2Co. 11:20; 12:16.
Los significados bíblicos de estas palabras difieren mucho de lo que pueden significar para nosotros hoy en día de acuerdo a nuestro idioma.
Esto no es un invento o un truco para forzar Las Escrituras. Usted amigo lector también lo puede comprobar con poco esfuerzo. Consiga una concordancia bíblica Strong, en español o en inglés, esta concordancia además de suministrar todas instancia de las palabras que aparecen en la Biblia, nos da su igual tanto en hebreo como en griego, además de su significado. También abundan hoy los diccionarios en hebreo y griego que podemos utilizar para el estudio exhaustivo de la Santa Biblia.
Esta concordancia está avalada por todas las religiones cristianas, lo que queremos decir con esto es que no favorece una religión por otra.
Lea por usted mismo todos los versículos arriba citados, escudriñe la Biblia por usted mismo; comparando un texto con otro y permitiendo que ella misma se explique.
Este fue el método que utilizó Yehshua; en Lucas 24, cuando Yehshua se encuentra con dos de sus discípulos no basa su sacrificio expiatorio por nosotros, ni su resurrección en base a las pruebas físicas; sino que los lleva a las Escrituras y compara un texto con otro, un pasaje con otro. Lo que dice Moisés y que lo comprueban los Salmos, que lo repite Isaías, que se amplia en Daniel y Jeremías, etc.
Cuando estudiamos Mateo 24 a fondo nos damos cuenta que cuando Yehshua habla de que uno será tomado y el otro será dejado (en conjunción con su segunda venida, como lo indica el contexto claramente); el tomado es aquel que es preso, atrapado, sorprendido por la segunda venida de Yehshua y ya no tiene salvación ni escapatoria; pues no se ha preparado para el regreso de Yehshua, “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras” (Mat. 16:27).
Así mismo como se toma a espada una ciudad y fortaleza y se acaba con todos sus habitantes, así hará el Señor Yehshua en su segunda venida.
Mat. 24: 27 nos dice: “Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.”
“Y todo ojo le vera” (Ap. 1:7).
No hay nada secreto aquí al venir Yehshua; “Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá estar en pie?” (Ap. 6:15-17)
Los impíos son destruidos por el resplandor de la gloria de Yehshua en su segunda venida (2 Tes. 2:8). “¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿O quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego consumidor, y como jabón de lavadores.” (Mal. 3:2) ¿Y quiénes quedan vivos? Aquel que ha lavado sus ropas en la sangre del Cordero, que en su boca no ha sido hallado engaño. “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Yehshua.” (1 Tes. 5:23).
“Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.” (2 Tim. 4:8)
“Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.” (1 Ju. 2:28)
¡Estos son los que quedan, los dejados; los left behind!
Otro pasaje que se utiliza para tratar de apoyar esta doctrina es 1 Tesalonicenses 4:15, 17:
“Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron”
“Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.”
Estos dos versos son sacados fuera de contexto para tratar de demostrar que esta enseñanza tiene fundamento bíblico, pero esto es absurdo, pues al estudiar el contexto, podemos darnos cuenta de lo que el apóstol Pablo está hablando realmente.
Al analizar con cuidado toda la epístola y en particular los versículos 13, 14, 16; nos damos cuenta de algo muy importante. Notemos: Pablo está agradecido y contento con la fe que tienen los tesalonicenses y a partir del capitulo 4 empieza a recordarles todo lo que ellos saben y han aprendido del evangelio a través de Pablo: “Porque ya sabéis que instrucciones os dimos por el Señor Yehshua” (ver. 2). “Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros” (ver. 9).
La fe de ellos está bien sedimentada y cada día aumenta su conocimiento del Señor y del evangelio. Pero ahora Pablo introduce un tema nuevo: qué ocurrirá con los cristianos muertos cuando se produzca el retorno de Cristo. Había en la iglesia de Tesalónica una preocupación que el apóstol decide que debe aclarar. Es posible que ellos estuvieran preocupado por la salud física de Pablo (Cap. 3:3-4); o era un tema que debía ser aclarado.
Pablo considera ahora el tema detalladamente (vers. 1-18), luego se ocupa de un tema afín: el momento de la aparición de Cristo (Cap. 5:1-11). Trata ambos puntos, no como doctrinas nuevas, sino como una enseñanza familiar en la cual los creyentes necesitaban más instrucción y admonición.
Pablo no había tenido tiempo para responder a todas las preguntas de los tesalonicenses ni para aclarar cada punto mientras había estado con ellos.
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza” (vers. 13).
Parecería que los tesalonicenses se habían entristecido indebidamente por los suyos que habían muerto después de aceptar el Evangelio. Los que quedaban temían que los difuntos perdieran la gloriosa experiencia que los cristianos esperaban disfrutar cuando Cristo volviera. Pablo dedica los vers. 13-18 a eliminar ese error y consolar a los creyentes. Explica que no hay necesidad de que un cristiano se entristezca por su hermano muerto, pues la esperanza de la resurrección elimina la causa de ese pesar.
Pablo no desaprueba el dolor natural. Está enseñando a los creyentes a no quedar sumidos en un dolor humano sin esperanza, sino a reanimarse con la expectativa de reunirse con sus amados cuando éstos resuciten en ocasión del retorno del Señor.
“Porque si creemos que Yehshua murió y resucitó, así también traerá Dios con Yehshua a los que durmieron” (vers. 14).
Este versículo no está expresando que Yehshua en su segunda venida va a venir con todos los cristianos que se fueron al cielo al morir, la muerte es como un sueño, la Biblia es clara en cuanto a la resurrección de los muertos, y ese es el tema central que el apóstol Pablo está tocando aquí.
Pablo está enseñando que la muerte es un sueño sólo en virtud del poder vivificador de Cristo que un día despertará a los muertos; que si Yehshua no hubiera muerto y resucitado, la muerte sería el final de todo. Así como Dios resucitó a Cristo, resucitará Yehshua de la misma manera a los que murieron confiando en él.
“Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron” (vers. 15).
El apóstol está recurriendo a una autoridad mayor que la suya para explicar esto aquí.
Pablo hace un contraste entre los justos que queden vivos y los justos muertos en ocasión de la venida de Yehshua.
¿O la palabra venida (PAROUSIA; la misma palabra en Mat. 24 y otros textos) es secreta también? Pablo no habla de un cambio de grupo aquí, habla de un mismo grupo de personas unidas por las verdades del Evangelio Eterno.
Pablo está asegurando a sus lectores que los cristianos vivos no se unirán con su Señor antes que los que duermen. “Los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos”
De modo que los santos que estén vivos no tendrán prioridad sobre los que murieron en el Señor. Esta enseñanza aclara el verdadero estado de los que han muerto “en Cristo”.
Ellos duermen esperando la venida del Salvador. Aun no se han reunido con él, pero, como los cristianos vivos, esperan la segunda venida para que se efectúe su largamente anhelada reunión con el Maestro. (Juan 11:23-25). Ninguna de las dos clases precederá a la otra. Cuando Cristo venga, llevará juntamente a ambos grupos a la gloria.
“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero” (ver. 16)
Pablo describe claramente la aparición personal, visible y corporal del Señor con gran majestad. Cristo no enviará a un representante ni viene espiritualmente, sino que él mismo viene en persona. Pablo registra esta promesa y registra detalles adicionales acerca de la forma de su cumplimiento. Alguien ha dicho que éste es el versículo más ruidoso de Las Escrituras. No hay nada secreto tampoco aquí.
“Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.” (vers. 17)
La palabra Luego con la que empieza este versículo denota que este suceso va a ocurrir después de lo que pasa en el versículo anterior; o sea la resurrección de los muertos en Cristo. Es decir que antes de los cristianos vivos ser raptados, los cristianos muertos deben de ser resucitados por el Señor. Pero ¿Cómo esto es posible? Si la doctrina del rapto no enseña nada en cuanto a la resurrección del los muertos en Cristo.
La palabra Arrebatados, del griego HARPAZO, y a través del latín con el verbo RAPIO, “arrebatar”, deriva la palabra “RAPTO”; y es el termino teológico que se utiliza para enseñar el rapto secreto. Los que predican el rapto secreto, enseñan que la aparición visible y audible de Cristo con poder y gran gloria, será precedida algunos años antes por su venida secreta e invisible a la atmósfera de este planeta para arrebatar a sus santos, mientras que el resto de los habitantes continuará viviendo durante un período que se caracterizará por la tribulación bajo el gobierno del anticristo.
Pero este pasaje, que según ellos describe la venida secreta, dice claramente que Cristo vendrá “con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios”, lo que hace imposible que sea un suceso secreto. Además, evidentemente ésta es “nuestra reunión con él”, acerca de la cual estaban turbados los tesalonicenses, pero que sucederá después de la aparición del anticristo (2 Tes. 2:1-3), y no antes, como se enseña en el rapto antes de la tribulación.
La trompeta también se menciona en Mat. 24:30-31 en un contexto que describe claramente la venida visible de Cristo: “Todas las tribus de la tierra..Verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”. En las palabras de estos pasajes no hay nada que sugiera ni remotamente que la venida descrita en Mat. 24 sea diferente de la que se describe en estos versículos.
Por lo tanto, ambos pasajes describen un mismo acontecimiento que sucederá en un mismo momento. Esta es la enseñanza uniforme de todas las Escrituras.
¿Es ésto bíblica mente cierto?
Recordemos que Yehshua dijo que su segunda venida sería como en los días de Noé y los días de Lot. Recordemos que cuando Noé entró en el arca y su puerta fue cerrada por Dios, el mundo fue dividido en dos grupos y el destino de cada persona se selló, ya no había oportunidad de salvación para los que se quedaron afuera, estaban perdidos para siempre y no lo supieron hasta que vino el diluvio. Hubo un lapso de seis días y al séptimo día empezó a llover.
En este tiempo la fe de Noé fue probada, fue un tiempo angustioso para él, y si no llovía, es posible que los que estaban afuera del arca lo hubieran matado a él y su familia.
En los tiempos de Lot; los habitantes de las ciudades de Sodoma y Gomorra fueron divididos en dos grupos: los que estaban en la casa de Lot y los que estaban afuera, y así mismo como con Noé, si los ángeles no intervienen la multitud hubiera matado a Lot
“Y ellos respondieron: Quita allá; añadieron: vino este extraño para habitar entre nosotros, y ¿habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que a ellos. Y hacían gran violencia al varón, a Lot, y se acercaron para romper la puerta.” (Gén. 19:9).
Dos grupos en estos grandes acontecimientos bíblicos; dos grupos, sus suertes selladas para salvación o para perdición, no hubo una segunda oportunidad para los que se quedaron afuera. El diluvio vino y se “los llevó a todos”, cayó fuego del cielo y todos fueron destruidos, y las ruinas de Sodoma y Gomorra están hoy sepultadas en el mar muerto testificando que la Biblia tiene razón.
Así como en los días de Noé, los perdidos no se dieron cuenta que la puerta de la gracia se había cerrado para ellos hasta que “vino el diluvio y se los llevo a todos, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mat. 24:39)
En los días de Lot, también se cerró la puerta de la gracia cuando los ángeles cerraron la puerta de la casa de Lot. No cayó fuego del cielo inmediatamente, los habitantes de las ciudades seguían como si nada hubiera pasado, sin notar, sin sentir, sin pensar que sus destinos estaban sellados para la perdición eterna.
Al salir el sol, Lot fue sacado de la ciudad y empezó a caer fuego del cielo, y todos sus habitantes murieron. ¡No hubo una segunda oportunidad!
El Mateo 24, Yehshua aparte de describir su segunda venida; que será “como en los días de Noé”, nos está hablando del cierre de la gracia, donde el destino de cada uno de nosotros será sellado para siempre, para salvación o perdición eterna, tampoco habrá una segunda oportunidad, el mundo será dividido en dos grupos, y la división será, claro está los impíos recibirán la marca de la bestia en sus manos o en sus frentes, pero los hijos de Dios tendrán el sello de Dios en sus frentes. Y asimismo como Noé fue salvado por Dios en el diluvio que acabó con todos y Lot preservados del fuego por los ángeles que acabó con todos, así mismo al final los hijos de Dios serán salvados por Yehshua en su segunda venida, la cual acabará como hemos explicado mas arriba, con todos.
Mateo 24 nos dice que tenemos que prepararnos, no para un rapto secreto que no tiene apoyo bíblico, pero sí para el cierre de la puerta de la gracia.
Mateo 24 nos dice que tenemos que prepararnos para la gran tribulación, pues así como Noé y Lot tuvieron su tribulación antes de ser liberados, así también los hijos de Dios antes de ser liberados pasaran por la gran tribulación.
“Y de la manera que esta establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez (como en los días de Noé, la misma palabra griega Parousía, valga la aclaración); sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan” (Heb. 9:27-28).